Me pasaría el día rozando su piel dulcemente con
mis labios, montando mi propia autopista en su cuerpo, sin rumbo alguno, solo
el de sentir como contiene la respiración mientras me desplazo por su torso
desnudo, muy despacio, cogiendo las curvas a una velocidad mínima; y en ocasiones
interrumpir mi trayecto con un pequeño mordisco. Me encanta notar su tierna
carne entre mis dientes. A cambio, te prometo que solo será un pequeño instante de dolor
y la única pausa que habrá en todo el camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario